Cada día más empresas y familias se suman al autoconsumo de energía procedente de instalaciones fotovoltaicas. Esta “revolución solar” ha propiciado la generación de multitud de informaciones, teorías y opiniones en todos los niveles de la sociedad. Pero, ¿es cierto todo lo que se oye o se lee sobre la energía solar?
Hoy te contamos nuestra versión de los hechos, de forma totalmente objetiva, y a partir de nuestra experiencia proyectando, instalando y manteniendo estos sistemas sobre el terreno.
“Una instalación solar en Cantabria produce menos energía que una en Madrid, no es rentable”.
Nuestro veredicto: Falso.
Vivir en Galicia, Asturias, Cantabria o País Vasco se relaciona habitualmente con vivir gran parte del año bajo la lluvia, con cielos cubiertos y poco sol. ¿Cómo afecta esto a la eficacia de los paneles solares? Nada. Y es que las celdas fotovoltaicas se alimentan de la radiación solar, no de la incidencia directa de rayos del Sol.
La radiación solar está siempre presente, desde que amanece hasta que anochece, incluso con nubes. Las nubes más ligeras pueden dispersar e incluso intensificar la radiación, mientras que las nubes más oscuras o gruesas llegan a reflejar hasta el 50% de la radiación solar. En apenas unas horas del día, la instalación fotovoltaica habrá generado la energía suficiente para el consumo en hogares y empresas.
“¿Tanto peso sobre mi tejado? Se va a venir abajo.”
Nuestro veredicto: Falso.
Ni las placas solares pesan tanto como parece, ni una empresa (seria) va a realizar una instalación que no puede ni debe. Los paneles solares son, efectivamente, un equipamiento que no se ha tenido en cuenta a la hora de diseñar las superficies de gran parte del parque de viviendas y edificios que nos rodea. Sin embargo, éstas sí están diseñadas para soportar pesos. Por ejemplo, el de una persona, sin que ello afecte a la estructura: la fuerza ejercida en este caso es infinitamente mayor que la ejercida por una instalación fotovoltaica (no es igual la fuerza transmitida por una persona de 80 kg que la de un panel de 20 kg sobre una cubierta).
Rara vez una instalación de paneles solares puede dañar una cubierta pero para evitarlo, antes de actuar, las empresas instaladoras se aseguran de la viabilidad de la instalación mediante diferentes estudios técnicos que garanticen la seguridad de la estructura.
Además, con el avance del sector, se están experimentando mejoras que contribuyen a reforzar esta seguridad: por un lado, los materiales son cada vez más ligeros, y por otro, el proceso de instalación es sencillo y ágil.
“Ya tengo instalación térmica: no necesito una solar”
Nuestro veredicto: Falso.
Muchos hogares o negocios cuentan con instalaciones de placas solares térmicas en superficie para nutrir de energía a sistemas de producción térmica. En otras palabras: aprovechan la energía solar para surtir de calefacción y agua caliente sanitaria a los propietarios. Y hasta ahí.
Si se busca producir energía para cualquier consumo eléctrico, será necesaria una instalación de autoconsumo fotovoltaico.
“Los paneles solares son muy contaminantes”
Nuestro veredicto: Falso.
No solo las instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo aseguran un futuro más sostenible, porque gracias a ellos se evita la producción energética a partir de fuentes contaminantes, sino que los residuos que genera la energía producida en ellos son casi inexistentes. La solar es una energía limpia, sostenible y que respeta al entorno.
Además, las instalaciones tienen una vida útil de 30 años, y parte de sus materiales podrán entrar en procesos de reciclaje o reutilización con otros fines.